HISTORIA

Todo cuanto ha pasado en nuestra familia tiene relación con el sacrificio y la voluntad de perseguir los sueños comunes y caminando cada uno su camino. el aporte de los talentos individuales ha hecho de nuestra familia una hermosa usina de pasiones y proyectos

Cuenta la historia que desde fines de siglo XIX la pasión por los vinos corre por las venas de la familia Giménez Riili.

Allá por el año 1890 procedente de Sicilia y en busca de nuevos horizontes, llega a la Argentina Don Fernando Riili, con su esposa Antonia Vacante y cinco de sus trece hijos. La familia a pleno se instala en Colonia Segovia, Guaymallén, en la provincia de Mendoza. Cuentan que los suelos de la zona cautivaron a Don Fernando para comenzar el sueño de su propio cultivo de la vid fuera de Europa. En medio de esa laboriosa tarea nacieron allí sus restantes 8 hijos, entre ellos Fernando Riili. Juntos crean unas de las primeras bodegas familiares de la zona, brindando a los vecinos de Mendoza buenos vinos en damajuana. Años más tarde, Fernando Riili (hijo) se casa con Irma Gudiño y tienen dos hijas: María y Susana Riili. Esta es la bonita historia de sueños y prosperidad de los Riili. Por otro lado y allá por el año 1905, desde la tierra mágica de Granada, en Andalucía, España, llega a Mendoza a la edad de ocho años Don Pedro Gimenez Padilla, junto con sus padres y hermanos. Los Giménez se afincaron en Maipú, precisamente en el distrito llamado Kilómetro 8 y allí se dedicaron con esmero al trabajo de la tierra.

Años más adelante y ya casado con Ángela Escobar con quien tuvo siete hijos (entre ellos Eduardo), empieza a soñar con plantar su propio viñedo. En 1945 ese ansiado sueño se hace finalmente realidad, adquiriendo una propiedad en el distrito La Primavera, también en Maipú y se aboca junto con sus hijos al paciente cultivo de la vid. Esta es la historia de trabajo y anhelos de los Giménez.

Sucedió entonces que pasaron algunos años y Eduardo Giménez conoce a Susana Riili y las historias empiezan a entrelazar sueños y pasiones. En 1967, Eduardo se casa finalmente con Susana y luego del fallecimiento de su padre, junto con sus hermanos, adquieren y refaccionan una bodega de Rodeo de la Cruz en el departamento de Guaymallén, donde comienzan a elaborar sus propios vinos, para su posterior comercialización. Consecuencia del trabajo y el empuje, en 1972 los hermanos Giménez construyen también en Rodeo de la Cruz una nueva bodega más grande, donde continúan desarrollando la tradición familiar. Del amor de Eduardo Gimenez y Susana Riili nacen 5 hijos varones, quienes muy unidos desde chicos heredan y comparten la misma pasión por la vitivinicultura de sus padres y antepasados. Los Giménez Riili, tienen ya su propia historia compartida desde la unión familiar, la diversidad de pensamientos y el compromiso de mirar hacia adelante con pasión, fraternidad y trabajo.